Un testigo de la historia familiar
- dovernow.com staff
- 8 nov
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Su abuelo prefería las camisas de franela.
Una elección de moda inusual para un joven empresario de la década de 1920, dice Jeanne DeMark, de Dover, en una época en la que la vestimenta formal era la norma, incluso para los trabajadores de fábrica, quienes usaban sacos y corbatas en el trabajo.
Sin embargo, su abuelo, Henry O. Baker, tuvo una carrera empresarial poco común: asumió la dirección del teatro familiar, el Baker Theatre, a los 19 años.
El teatro fue construido en 1906 para espectáculos teatrales y de vodevil por el padre de Baker, William H. Baker, quien falleció en 1918 durante la pandemia de gripe.
DeMark cuenta que Baker asistía a la Universidad de Princeton cuando su padre murió, y que abandonó sus estudios para hacerse cargo del teatro junto con su madre, Carrie Odell Baker.
“La ‘O’ en el nombre de Henry es por Odell,” dice DeMark, una residente de Dover de 67 años. Añade que, aunque no se sabe mucho sobre su bisabuela, “parecía ser una madre estricta.”
DeMark es hija de Carolyn Baker Bishop, de 94 años, y de Wallace Bishop, quien se desempeñó como concejal de Dover. Su madre es hija de Henry O. Baker y de Eda Pauline Rarick.
DeMark, quien comparte su hogar con su madre, dice que siempre estuvo familiarizada con la carrera de su abuelo y el legado familiar.
“Mi abuelo murió en 1974, cuando yo estaba en primer año de secundaria,” recuerda.
Cuenta que su bisabuelo fue el verdadero empresario teatral de la familia, habiendo construido tanto el Baker Theatre como la Baker Opera House. William Baker también fue desarrollador inmobiliario, adquiriendo propiedades que alguna vez pertenecieron por separado a dos gigantes del hierro de Dover: Henry McFarlan y John Hurd. La llamada “Tracta Baker” se extendía desde las cercanías del actual Costco Outlet en Wharton hasta la Ruta 46 en Dover, cerca de Hurd Park. DeMark luchó por obtener reconocimiento histórico para la casa de William Baker en Lehigh Street.
“Siento mucho orgullo al saber todo lo que lograron,” dice.
DeMark afirma que, aunque su abuelo administró el teatro exitosamente junto a su socio, Raymond Woodhull, también tuvo otros intereses comerciales.
Los socios vendieron el teatro en 1926 a la Stanley-Fabian Corp. Mientras tanto, en 1924 derribaron el edificio original del Baker Theatre y lo reconstruyeron por completo en seis meses, convirtiéndolo en el teatro más grande del condado de Morris y listo para el nuevo medio: el cine. DeMark aún se maravilla de esa hazaña de construcción.
Henry O. Baker dejó el negocio teatral para fundar una compañía de seguros con su propio nombre, la cual todavía existe hoy.
DeMark sigue de cerca la posible venta del Baker Theatre.
“Me gustaría participar de alguna manera,” comenta.
Afirma que la iglesia Centro Bíblico de New Jersey, que ha sido propietaria del edificio durante siete años, merece reconocimiento por las supuestas renovaciones de 1.5 millones de dólares realizadas en el antiguo teatro.
“Entiendo que invirtieron mucho dinero en ello,” dice.
Tal vez no fue el lugar ideal para su congregación, comenta DeMark, pero su trabajo ayudó a preservar el legado del gran escenario de su familia, el Baker Theatre.— Michael Daigle



















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